Plantas de tratamiento de agua

Microfiltración:

La microfiltración es una tecnología confiable y eficiente para la remoción de sólidos y recuperación de productos en todo tipo de líquidos. La microfiltración tiene un grado de filtración más pequeño que un filtro multimedia y las membranas usadas para la microfiltración tienen un tamaño de poro de 0.1–10 μm.

Por tener una porosidad tan pequeña, estos filtros tienen la ventaja adicional de retener bacterias y virus, a pesar de que los virus son más pequeños que los poros de la membrana de microfiltración. Esto es porque los virus se pueden acoplar a las bacterias. La microfiltración puede ser aplicada a muchos tipos diferentes de tratamientos de agua cuando se necesita retirar de un líquido las partículas de un diámetro superior a 0.1 mm.

APLICACIONES:

Ultrafiltración:

La ultrafiltración es un proceso físico mecánico a través del cual partículas y moléculas son retenidas por tener un tamaño superior al poro de la media o membrana. Dentro de esta clasificación se incluyen aquellas membranas o cartuchos cuya retención nominal va desde 0.1 micras hasta 0.005 micras.

La tecnología de ultrafiltración ha empezado a ganar terreno en la primera década de este siglo. Se han desarrollado membranas más resistentes y tecnologías de aplicación que permiten mejorar la calidad del agua en muchos procesos de manera muy segura.

APLICACIONES:

La ultrafiltración tiene un amplio campo de aplicación, funcionando como pre tratamiento y en procesos donde es necesaria el agua de excelente calidad.

Nanofiltración:

Se denomina como un proceso de filtración del agua, que se realiza a través de una nanomembrana semipermeable bajo una determinada presión de forma, produciéndose según el tamaño de las moléculas que puedan atravesar dicha membrana.

Esta tecnología de filtración de flujo cruzado, se desarrolla en agua de bajos sólidos con disueltos totales, aplicándose en la eliminación de agentes contaminantes, sustancias orgánicas e iones multivalentes, desinfectando el agua potable y suavizándola para el consumo humano.

Asimismo, este proceso también se encarga de la separación específica de metales pesados en el agua por proceso de chorro, el cuál es producente en la reutilización del agua residual de inmuebles residenciales e industrias.

APLICACIONES:

Ósmosis inversa:

La ósmosis inversa es una tecnología que permite separar, mediante la aplicación de presión, el solvente de una disolución concentrada. El solvente atraviesa una membrana, semipermeable, pasando de la solución concentrada a la solución diluida. Mediante la ósmosis inversa se acaba obteniendo dos flujos, por un lado, el solvente prácticamente puro y, por el otro lado, una solución aún más concentrada que la solución de partida.

El rechazo de las membranas de ósmosis inversa puede ser recuperado en el proceso, vertido sin más o tratado con otros procedimientos de concentración mediante plantas de evaporación y cristalización para obtener el vertido cero.

Es una tecnología eficiente, limpia y compacta que permite obtener agua de gran calidad a partir de aguas salobres e incluso de agua de mar. También es una gran aliada para el tratamiento de efluentes que deben ser reutilizados. Cada vez se utilizan membranas más avanzadas tecnológicamente las cuales permiten obtener flujos de permeado razonables trabajando a presiones cada vez más bajas..